BOLETÍN DIGITAL #110

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Hace un tiempo hable con un amigo que me lleva un buen poco de años, es una persona que lleva un largo caminar en el cristianismo, tuvimos una conversación sobre como nosotros como seres humanos nos planificamos una serie de propósitos u objetivos que queremos lograr y más cuando empezamos un nuevo año, ya sean a largo o corto plazo, en esta conversación surgió una pregunta entre los dos, la cual me ha hecho pensar mucho y meditar en dar una respuesta clara y acertada, la pregunta es la siguiente; ¿Cuál es su propósito u objetivo realmente?

Quisiera explicar un poco lo que significa la palabra propósito y así poder entender aún mejor esta pregunta, cuando buscamos lo que esta palabra trata de decir vamos a encontrar que enfatiza en tener una determinación firme para hacer algo, es decir esforzarse por querer alcanzar lo que pretendemos.

Creo que cuando empezamos un año, esos propósitos u objetivos florecen aún más ya que como seres humanos los sacamos a relucir ya sea por un bienestar propio o porque forman parte de un sueño, quizá muchos para este año se han propuesto bajar de peso, otros poder ahorrar y salir del país, algunos empezar alguna relación y muchos otros objetivos que son importantes y que forman parte del desarrollo humano acá en la tierra, sin embargo, esta pregunta que hice en un inicio va encontrar su repuesta no solo en un ámbito de perspectiva humana, es decir no enfatiza en nuestros deseos humanos simplemente, personalmente la respuesta a esa pregunta la encuentro enfocada desde un punto de vista espiritual en donde debemos preguntarle al Señor que es lo que quiere para nuestras vidas en este nuevo año, y quizás entonces aparece una nueva interrogante accesoria a la respuesta de la primer pregunta, y es entonces que nuestro propósito real acá no se enfoca solo en mi perspectiva humana, sino en lo que Dios quiera, pero entonces ¿Qué quiere Dios para mi vida en este año?

Muchos quizá hemos tratado de buscarle una repuesta a esta interrogante de una forma muy concreta y específica y tal vez nos sofocamos por no ´´saber´´ o no tener una repuesta a eso, porque creo que muchos hemos tenido una idea de que para esa respuesta es necesario que suceda algo sobrenatural en nuestras vidas que nos los aclare y no necesariamente funciona de esa manera.

Creo realmente que cuando tratamos de buscar una repuesta a que es lo que quiere Dios para nuestras vidas, basándonos en el propósito que Él tiene para nosotros, tenemos la idea que debemos ser personas perfectas, con llamados gigantes como otras personas de Dios los han tenido y centramos en que solamente eso desea Dios y no precisamente, creo que lo que Dios anhela y quiere para nosotros es que lo busquemos genuinamente, con un corazón humilde y dispuesto a obrar acorde la voluntad de Él y no la nuestra, que busquemos su presencia y tratemos siempre de ser un ejemplo acá en la tierra y de que seamos una muestra del amor de Dios en nuestro caminar y en el diario vivir; eso es lo que realmente debemos tener en consideración en cuento a nuestro propósito real, más de lo que nosotros humanamente podamos querer, podamos esforzarnos por lograr los objetivos, debemos tener la determinación firme en ser ejemplo de Dios en nuestras vidas, eso debe predominar y debe ser nuestro principal propósito para este año.

En la Palabra de Dios encontramos muchos hechos en los cuales podemos ver como el propósito de Dios para nuestras vidas es simplemente que lo sigamos y lo busquemos genuinamente, un ejemplo de esto es cuando Jesús llama a cada uno de sus discípulos, ellos entendieron que su propósito real era hacer lo que Dios quería para sus vidas y en ese preciso momento era seguir a Jesús nada más.

Mateo 1:17 Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas! 18 Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron. (Simón y Andrés).

Mateo 1:19 Un poco más adelante por la orilla, Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, en una barca, reparando las redes. 20 Los llamó de inmediato y ellos también lo siguieron, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los hombres contratados.

Debemos entender que nuestro propósito es seguir a nuestro Señor Jesús y ser un ejemplo de su amor.

¿Necesita consejería?

Todo ser humano necesita de alguien que lo escuche y le dé un consejo sabio en medio de todas las situaciones difíciles.